sábado, 13 de noviembre de 2010

*El Adiós A Este Mundo*

Una carta suicida, gran parte de ella basándose en ficción, así que no se preocupen que aún quiero seguir por estos lares mundanos!




No sé si referirme a ustedes como queridos o no, pero créanme que he llegado al punto de darme cuenta de que nada sirve ayudarlos, si al final cuando yo necesito la ayuda de ustedes o aunque sea para que me escuchen nunca están. Siento que todos están ausentes en mi vida, no quiero seguir viviendo en esta soledad, que me ahoga y me mata de a pocos, no necesito estar con gente que solo me quiere por lo que tengo y les doy y no por lo que soy. Me cansé completamente de sus hipocresías que me lastiman, ya no hay más razones para quedarme en este mundo de equivocada fantasía, solo quiero morir del frenesí de una sobredosis de unas fuertes pastillas.

Adiós papá, adiós mamá, gracias por contribuir con mi huida del mundo infernal, porque a donde voy no hay reglas ni maltratos, no hay insultos ni fracasos. Que vivan felices en su mentira de apariencias, sigan viviendo del que dirán, me harté de su forma de vivir y de pensar, son tan igual a ellos, a quienes creía mis amigos pero al final terminaron siendo solo otra sarta de inmundos pedantes e ignorantes que con el tiempo se enredarán en su propia telaraña de mentiras.

Lo único que me entristece  es dejar en este mundo a ese pequeño que me mira con dulzura, el único al que realmente le creo, porque su alma aún no esta carcomida con maldad ni mentiras. Dulces sueños bebé, que desde donde esté te cuidaré, porque lo eres absolutamente todo, te amo y  recuerda siempre seguir tus ideales, no te dejes corromper por los demás.

Siento como si una ponzoña hubiera atravesado mi alma, y es aquí donde empieza mi adiós eterno y silencioso. Y si en algo les da pena mi ida, entonces ahí me daré cuenta que tal vez les importé y en un posible caso me quisieron. 

Como último deseo les pediría que borren todos los recuerdos que tengan de mí, en un futuro no creo que les sirva de mucho. Simple, así fui y siempre seré, esté donde esté.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Carta a un amor que no se olvida...!




Recuerdo la última vez que te vi, era un 16 de febrero de 2006 nos encontramos en Primavera Park Plaza, estaba tan nerviosa al verte y aunque habíamos salido todo el inicio del verano, siempre nuestra timidez se apoderaba de nosotros y nos cohibíamos al vernos, ¿el por qué de ello?, muy simple, nos gustábamos, solo que éramos tan cobardes que no podíamos admitirlo, además de que valía decir lo que sentíamos si igual tu te ibas a ir a España, el decirlo no iba a cambiar en nada el hecho de que te fueras; pero no, yo siempre tan detallista te escribí una carta de despedida contándote todo lo que pasaba por mi mente, así, según yo me sentiría más aliviada porque de una u otra forma te decía la verdad.

Aún me pregunto ¿en qué momento me fije en ti y viceversa?, ¿tenías que irte del colegio para que pasara eso o qué? o ¿Simplemente todo surgió en el salón de clases, en los momentos en que fuimos compañeros de carpeta o  cuándo compartíamos charlas amenas con Chris?, en fin la cosa es que paso y esa bendita carta se me perdió y no sabía qué hacer, igual te lo tenía que decir, porque ya no podía soportar más ese nudo en la garganta, así que tímidamente nos quedamos parados en medio del Neo Games (creo que así se llama), con demasiada gente a nuestro alrededor y un ruido estruendoso que hacía más estresante el ambiente. Me encontraba con los nervios de punta y mi rostro súper ruborizado que me caracteriza cuando estoy así me delataba, tuve que decírtelo.

Me ahorraré algunas líneas de ese día, solo te haré recordar lo más importante como ¿acaso eres tan ciego que no te das cuenta lo que te quiero decir? me gustas, ya, lo dije y tú me quedaste mirando mientras yo agachaba la cabeza y mi mirada quedaba inerte sobre el piso sin saber que palabras podrían salir de tus labios. ‘Tú también me gustas’, me dijiste y yo solo atine a dibujar una sonrisa en mi mente y en eso sentí tu mano húmeda y trémula agarrando mi mentón y elevándolo hacia tu rostro, es ahí donde nuestros labios se conectaron como imanes y detuvieron todo a nuestro paso para así perdernos en nuestros propios latidos y lograr convertirlos en uno solo, en esos segundos sentí que el mundo giraba alrededor de nosotros. Uno de los momentos más sublimes que puede experimentar una chica de tan solo 15 años, gracias por ello.

Dos días después de eso, enrumbabas a nuevos lares, pensé que no volvería a escucharte y en eso suena el teléfono, eras tú, muy nervioso sin saber que decirme, pero al final terminamos hablando como casi media hora. Ambos prometimos que nunca iba a cambiar nuestra forma de ser y que siempre nos íbamos a recordar y por estos días esa promesa está más latente que nunca. Aunque ya han pasado casi cinco años desde que te fuiste y cada  uno tomo rumbos distintos, el cariño nunca se fue, al contrario creció y maduro con nosotros, porque de una u otra forma siempre nos tuvimos el uno para el otro y eso se reflejo en los mensajes, llamadas y horas de horas chateando o cuando ambos desaparecíamos y dejábamos al otro con la duda del ¿qué le habrá pasado? y cuando me estaba resignando a dejar todo esto en el pasado, siempre regresabas con una buena noticia que me hacía desistir de mi decisión.

Y eso es lo apoteósico de nuestra historia, porque de una despedida nació todo esto, el inicio de un amor sincero, sin malicia, algo puro que dos almas jóvenes sin querer quisieron escribir en su destino, esperando el momento oportuno para volverse a ver y concretar lo que siempre debió ser. Por eso ambos seguimos sumergidos en esta atmósfera ya no de ilusiones sino de realidades,  mi realidad es que te quise, te quiero y siempre te querré mi niño. Bienvenido de nuevo a casa.



Mi Habitación!






La primera puerta que encuentro al subir al segundo piso de mi casa me lleva a descubrir mi habitación, la cual se divide en dos mundos completamente distintos. Ni bien abro la puerta diviso una litera de dos plazas, algo  grande para una persona tan pequeña como yo, en ella me refugio todas las noches para poder conciliar el sueño y muchas veces para pensar en mi vida y cuando no puedo lograr ninguna de las dos cosas solo me queda contemplar mi techo, algo descascarado por el paso del tiempo, pero en el mi mirada se pierde porque llego a ver como las partes descascaradas han dibujado dos personas hablando y otra mucho más pequeña queriendo escuchar la conversación, tal vez sea solo mi imaginación lo que haga reflejar ese dibujo.

Y en mis paredes pintadas de un color lila ya desteñido y marcado por innumerables cintas masking tape que reflejan mi etapa de adolescente donde pegaba todos los pósteres de mis grupos o artistas favoritas, en ellas solo quedan cuatro pósteres y un afiche por el día de mi cumpleaños realizado por un amigo al que quiero mucho.

A lado de mi litera se encuentra mi cómoda y encima de ella una repisa que contiene desde libros que ya no uso, cds y dvds hasta perfumes, cremas, esmaltes, cosas que normalmente una mujer tiene en su repisa. Un espejo grande es el causante de criticarme o alabarme día tras día depende como me sienta, un ropero es lo que le sigue y encima de el se encuentra una que otra cartera, a lado de la puerta se encuentra mi estante de libros y mi escritorio. 

En una esquina localizo un montón de zapatos tirados, nada ordenados para mi gusto. Lo último que encontramos en mi aposento es el mueble del ordenador que para ser sincera, es donde paso más tiempo. Y es aquí donde mi primer mundo termina, me refugio en mi burbuja para que nadie la perpetué, para sentirme yo misma, para escribir lo que siento, para derramar una que otra lagrima o recordar intensos momentos vividos en mi litera. 

Reír, llorar, sentir y vivir de recuerdos y futuros anhelos es la esencia de mi habitación, que sin querer se mezcla con otro portal que me lleva a contemplar la realidad, el día a día de mis vecinos, respirar profundamente un aire de libertad y contemplar en mis noches de felicidad o melancolía, la luna y las estrellas, fieles guardianas de mi balcón, lugar que le da equilibrio a mi alcoba y por decir así a mi vida, la cual ya no solo ahonda en las ilusiones sino también en la realidad. Esa es la ventaja de tener un ambiente cerrado y otro abierto en un solo lugar.

domingo, 7 de noviembre de 2010

SOLIDARIDAD...!

“Bienaventurados los que saben dar sin recordarlo y recibir sin olvidarlo.”
Anónimo



La solidaridad en nuestros días expresa una idea de unidad y colaboración con nuestro prójimo. Es la determinación firme y perseverante de comprometernos por el bien común; cuando persigue una causa noble y justa, cambia el mundo, lo hace mejor para cada uno de nosotros.

El poder de la solidaridad es tan grande que, cuando lo practicamos, nos hacemos mucho más dóciles al ayudar a alguien o viceversa y con la cual podemos asumir sin temor grandes adversidades a lo largo de nuestra vida. Tenemos que entender que la solidaridad no es un sentimiento superficial. Debemos unirnos, no para estar juntos, sino para hacer algo juntos.

Hay mayor felicidad en dar que en recibir, por ello los pequeños gestos que implican reconocer y asistir las necesidades de los otros sin esperar nada a cambio enriquecen nuestra alma y nos hacen mejores personas.

Ser solidarios es una elección, algo que elegimos hacer cuando es necesario, aunque no nos lo pidan. Es triste saber que si dejamos pasar la oportunidad de ayudar a alguien, y solamente nos preocupamos por nuestras propias cosas, poco a poco nos iremos quedando solos.

La solidaridad nos une en un mundo sin fronteras, porque somos seres humanos, iguales en dignidad y derechos. Lo que hagamos por los demás perdurará por siempre en nosotros y nos reconfortará.

Finalmente, pongámonos a recordar las veces que fuimos solidarios y otras en que no quisimos serlo. ¿Cómo nos sentimos después de eso? Comparar estos casos nos ayudará a comprender a cada uno el verdadero significado de la solidaridad. Solo recuerden que el corazón se alegra cuando somos solidarios.

domingo, 31 de octubre de 2010

Carta a mi abuelo


Hoy te escribo querido abuelo porque la nostalgia me ha embargado nuevamente y tu recuerdo sigue latente en mi memoria. Tal vez porque compartimos muchas cosas o porque a tu modo supe que me querías. Digo “a tu modo” porque tú sabes muy bien cómo eras… de carácter hostil, malcriado, soberbio, distante, egocéntrico y más.

Y aunque después del accidente que sufriste, sentiste que tu vida dio una vuelta de 360°, yo sé que cambiaste, quisiste más a tu hijo, y te diste cuenta que tenías a una familia, que a pesar de todo te quería. Y aunque suene un poco triste, prefiero recordarte en ese momento que quedaste postrado en cama, porque fue ahí donde realmente nos acercamos y fuimos amigos.

Tus pocos copos de nieve pintados por el paso de los años me demostraron que habías vivido mucho pero no todo lo que tu hubieses querido. ¿Sabes?, muchos años te tuve miedo. Tu mirada fría y calculadora, tu distanciamiento me dolía y me preguntaba, “¿Por qué este señor no puede ser como mi Tati?, ¿Acaso hago algo malo para que me mire así?”, preguntas de una pequeña niña de tan solo 5 años que solo quería acercarse a ti y abrazarte pero no sabía cómo.

Tal vez la enfermedad del olvido ayudó a que seamos más cercanos, a eso se acopló el trémulo de tus manos con los que me abrazabas y el gélido beso con el que nos despedíamos en esa cama clínica que acaparaba el comedor de la casa. A pesar de todo sabes lo mucho que te quiero, sabes que me afecto demasiado tu partida, vivir juntos toda una vida y luego saber que no estarás más ahí, le dolió a esa chica de 13 años.

La forma de cómo me enteré de que te fuiste de mi lado me carcomió la piel, sentí que entraba en un cuarto oscuro, el vértigo que sacudió mi cabeza fue imparable, estuve buen tiempo en shock el cual me llevó a otra realidad, una donde quería pensar que seguías vivo. Pero no es así, hace 6 años que te fuiste para no sufrir más, pero dejaste en mi vida tu huella y me enseñaste que cuando uno de verdad está arrepentido de todo lo malo que pudo hacer, el perdón es la gran recompensa que puede obtener.

No te preocupes abuelo, aún sigo rezando por ti, por tu alma, para que en un momento de ese largo tramo “que es pasar a la otra vida”, te puedas encontrar con mi abuela y tus seres queridos. Un abrazo, un beso, te quiero… “soy una sirena”, ¿recuerdas?

Lucerito

El día en que nací






La primavera se acercaba y eso significaba que en cualquier momento nacería, y aunque no nací con un pan bajo el brazo, para mi madre y hermanos mi llegada fue muy esperada. Según me cuenta mi mamá, en la madrugada del viernes yo ya tenía muchas ganas de salir, así que tuvieron que pedirle un favorcito a nuestra vecina la señora Valentina, y ella llamo a radio patrullas, es ahí donde conducen a mi madre a el Hospital Edgardo Rebagliati Martins, más conocido como el hospital del empleado. Pero ¡oh, sorpresa! mi mamá aun no rompía la fuente y mucho menos tenía buena dilatación así que tuvo que regresar a casa. Mis hermanos que para ese tiempo tenían nueve y diez años esperaban impaciente su llegada, ambos se alistaron para ir al colegio sin saber que en ese transcurso nacería su querida hermanita.

En esos tiempos mis padres estaban separados, así que nuestra vecina tuvo que llamar a mi padre para decirle que llevara a mi madre al hospital pues los dolores que ella sentía ya eran insoportables. Y es así como mi mamá queda internada a las 9 de la mañana en el 4to piso del hospital. Lo bueno de ese día es que mi mami era la única parturienta, así que tuvo a su disposición a todas las obstetras que se encontraban en ese momento. Siendo las 11 de la mañana mi madre tenía muchas ganas de miccionar  pero si cumplía sus necesidades fisiologías, lo más probable es que yo naciera en ese instante, así que se paseo en camilla hasta llegar a la sala de partos. 

La doctora al ver que yo estaba sufriendo para salir le comunicó a mi mamá que si las inyecciones que le ponían no hacían efecto para que llegara a dilatación 10 tendrían que hacerle una cesaría, parece que yo también escuché eso y ni bien mi madre levanto una pierna, salí disparada hacia un nuevo mundo, si no fuera por un doctor que me atrapo en el aire tal vez no estuviera escribiendo estás líneas ahora. Lo que más recuerda mi mamá es que la doctora que atendió el parto se embarro de sangre y se enojo mucho, se nota que ni bien naci ya empezaba a causar problemas. Y es así que llegué a este mundo iniciado el primer gobierno de Fujimori y bajo el mes de la primavera, para ser más exactos en el día mundial de la paz.

Mi mamá y yo no tuvimos visitas, mi padre se acerco a verme y comenzó a contar si tenía todas mis extremidades y deditos, cosa que a mi madre le incomodo un poco. Nací midiendo 50cm y pesando 3.220 kg, buen peso para un bebé que solo se alimentaba de mariscos. El primer nombre que eligió mi papá para mí fue Ivón, ya que el tuvo una hijita que se llamaba así y mi segundo nombre Lucero, lo escogieron mis hermanos ya que en ese tiempo estaba de moda la cantante y actriz mexicana (valga la redundancia) Lucero.
El domingo mí padre nos dejo en casa a mi madre y a mí y luego se fue donde mi abuela. 

Mis hermanos llegaron a la casa y cuando me vieron lo primero que dijeron fue “¿Mamá esa cosa ha estado en tu barriga?”, mi madre solo se rió y mis hermanos no paraban de mirarme, debe ser porque nací con bastante cabello y parecía un monito, no muy parecido a ellos. Y ahora que tengo 20 años, veo que el día de mi nacimiento trajo paz a mi hogar, tal vez paulatinamente, pero un bebé siempre llega a unir a la familia, en mi caso... reconstruyo un hogar. =)

miércoles, 25 de agosto de 2010

El adiós de un grande de las letras... Hasta Siempre José Saramago






El escritor portugués y Premio Nobel José Saramago ha muerto a los 87 años en su residencia de la localidad de Tías (Lanzarote). El autor del “Evangelio según Jesucristo” fue poeta antes que novelista de éxito y antes que poeta, pobre. Unido el periodismo a esos otros tres factores (pobreza, poesía y novela) se entenderá la fusión entre preocupación social y exigencia estética que ha marcado la obra del único Premio Nobel de la lengua portuguesa hasta hoy.

“Soy escéptico, reservado, no hablo efusivamente, no me la paso sonriendo ni abrazando a la gente ni tratando de hacer amigos; la gente solía decir de mi es bueno pero es un comunista ahora dicen es un comunista pero es bueno”, estas y otras citas son la que hacían de José Saramago un hombre polémico siempre dispuesto a expresar su opinión le pesara a quien le pesara.  

Todo lo que empieza algún día tiene que terminar pero en el caminar de nuestras vidas siempre se deja un legado y es así que grandes como José Saramago evocan un  gran placer por la vida y la literatura, aunque con duro pesar nos deja su ida siempre lo recordaremos a través de sus obras que quedarán intactas a través del tiempo. “Espero morir como he vivido, respetándome a mí mismo como condición para respetar a los demás y sin perder la idea de que el mundo debe ser otro y no esta cosa infame”, decía Saramago con respecto a la muerte.

José Saramago no escribía para agradar sino para desosegar. Creador de uno de los universos literarios más personales y sólidos del siglo XX, Saramago supo aunar su vocación de escritor con su faceta de hombre comprometido que nunca cesó de denunciar las injusticias que veía a su alrededor o de pronunciarse sobre los conflictos políticos de su tiempo.

Persona de firmes convicciones, capaz de “estar al lado de los que sufren y en contra de los que hacen sufrir”; “hombre de una sola palabra, de una sola pieza”, como lo definió su mujer, la periodista española Pilar del Río, cuando en 1998 le dieron el Premio Nobel a Saramago, éste reconocía siempre que él no tenía poder para cambiar el mundo, pero sí para decir que era necesario cambiarlo.

“Es hora de aullar, porque si nos dejamos llevar por los poderes que nos gobiernan se puede decir que nos merecemos lo que tenemos”, aseguraba Saramago en junio de 2007, en unas jornadas de la Fundación Santillana.

En ellas, quien fue militante comunista durante buena parte de su vida, criticó con dureza a la izquierda: “Antes, caíamos en el tópico de decir que la derecha era estúpida, pero hoy día no conozco nada más estúpido que la izquierda”, señalaba el escritor.

“Solo soy alguien que, al escribir, se limita a levantar una piedra y a poner la vista en lo que hay debajo. No es culpa mía si de vez en cuando me salen monstruos”, afirmó en el 97, con motivo de uno de sus múltiples doctorados “honoris causa”.

José Saramago sabía que había cosas que sólo suceden en la imaginación crítica de un escritor de novelas. Fiero critico de la globalización y de las religiones Saramago definía así a la divinidad “Dios es el silencio del universo y el ser humano el grito que da sentido a ese silencio” y hoy aparentemente ese silencio le ha llegado a Saramago que ya no se encuentra con nosotros. Y digo aparentemente porque su voz será escuchada cada vez  que una de sus páginas sea leída. Hasta luego pero nunca “adiós” maestro José Saramago.



sábado, 12 de junio de 2010

... Naipes! ...



Empiezo a escribir sin rumbo fijo .... solo haré que mis emociones fluyan a través de estas líneas .... coherentes o incoherentes no lo sé ... a veces uno necesita desahogar todo lo que tiene dentro! .... Paso por una etapa de disyuntivas sobre mi vida ... ¿Estoy haciendo bien las cosas? ¿Para qué realmente estoy aquí? ... ¿Por qué no puedo recibir todo lo que doy? .... Mi cabezita piensa mucho ... anhelando cosas que a veces cree imposibles ... pero viendo el ejemplo de otras personas se que no existen imposibles ... sólo necesito coraje y predisposición con las cosas que hago ... mi brújula me dice que no estaré mucho tiempo por aquí .... mis rumbos son otros ... necesito nuevos aires ... necesito empaparme de arte, de aire puro, de cultura, de emociones nuevas que hagan vibrar de nuevo mi corazón ... tan parchado por las malas jugadas del As de espadas ... pero gracias a ella aprendí que así la poderosa J  te dañe debes seguir adelante ... para poder encontrarte con tu verdadero Rey de Corazones solo ese con el que te puedas sentir segura y quitarte la careta que a veces llevas ante los demás ... todo para que no te dañen!  ...Ahora lo único claro que esta en mi mente es que simplemente quiero convertirme en una Reina de Corazones!