sábado, 28 de diciembre de 2013

La última...


Sin importar lo que vaya a ocurrir, por favor no te arrepientas de haberme conocido.


Querido príncipe sin corcel, aquí estamos otra vez… ya no hablemos de amor sino de realidades… la realidad es que no estás… y que por mucho tiempo no estuviste, solo fuiste una ilusión que quise crear. Gracias a ti aprendí lo rápido que es reemplazar y olvidar a alguien, gracias a ti supe lo que es el egoísmo… el que no te dejen avanzar, el querer tenerte a pesar de haber ganado algo ya, pero llegas a un punto en el que dices… “es suficiente”. En realidad ya me cansé de ti, de tus poses de “quiero algo contigo a futuro pero por ahora déjame disfrutar mi sitio de confort con otra persona y cuando logre lo que tenga que lograr nos volvemos a ver”.

No solo es eso… y tu muy bien sabes lo cobarde e inmaduro que fuiste, si de verdad supieras lo que es el amor entonces nunca lo hubieras dejado ir, hubieras luchado por el estando al pie del cañón pero bueno… no hay que pedir peras al olmo. En su momento te dije que tenía que cerrar círculos, que merecía una verdadera despedida para quitar ese resentimiento que tengo… pero ¿sabes qué? el esperar esa despedida significa esperarte a ti también, y es algo que no pienso volver a hacer, ya tuve suficiente drama. 

Te quise y te amé en su momento... pero ya no, los días y meses me demostraron que hay gente que verdaderamente sí vale la pena darle una oportunidad y conocerlos. Son esas personas que sin esperarlo hacen que tus días vuelvan a brillar y te hacen sentir especial de verdad. No niego que lo que tuvimos fue algo sincero, apasionado y real pero todo tiene un tiempo y espacio… y eso ya se acabó. Me demostraste que puedes ser querido y amado por alguien más y que eso te hace sentir bien, lleno y fortalecido para los nuevos retos que estás afrontando y espero que siga siendo así.

Esta será la última carta que recibirás de mí, no más… creo que ya dije suficiente… quiero que el próximo año sea distinto, en este caso que no haya ninguna sombra de ti, me basta con saber que eres feliz y estás bien. ¿Ya para qué ahondar en tu vida y tú en la mía? Algo aburrido ¿no?, no te preocupes de mis “excesos”, tanto ellos como yo estaremos bien y siendo almas libres… esa es la idea, disfrutar de la vida sin tener sombras del ayer al acecho, forjando mi propio destino sin esperar algo de ti o de los demás. Las ilusiones y promesas rotas con el tiempo se irán y lo único que quedará serán recuerdos… esos que ya yo veré si quiero conservarlos o no.

Gracias por todo lo enseñado, por todo lo vivido, por lo bueno, por lo malo, por las tristezas, las alegrías, las lágrimas, las risas, por esa distancia que me enseñó a querer y amar de verdad, por el tiempo de espera y los silencios, por el aprender a madurar y a equivocarme, gracias porque a pesar de todo siempre seguiste siendo aquel amigo que conocí en el colegio, así cambies tu forma de hablar, tu forma de vestir, nunca cambiarás a ese chico tímido que se sentaba en la parte de atrás con Christian y hablaban de animes, videojuegos y hacían dibujos extraños, ¿cómo olvidarlo?

En fin, así es la vida… seguro en algún momento nos volveremos a ver y esta vez será distinto. Cada uno habrá logrado sus objetivos y nos sentaremos a tomar algo y conversar… y ya está. Buena suerte, querido… sé feliz con quien tengas que serlo y nunca te olvides de dónde vienes y las metas que debes realizar.

Sinceras palabras de alguien que te amó... 
Y recuerda que... El amor no existe entre dos superficiales, sino entre dos valientes...!  ;)

Hasta pronto...


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